ah, mis sueños perdidosy posados en un ciprés lejanoahora han de ir a volarcomo brujas sin escoba.como si todo fuera.como si nada hubiera.había que desplumar avarosaplastar bichos, desollar piratasquebrar las piernas al gigantey limar los dientes de la culebra.tan cierto como salir el sol.tan fácil como papel doblado.había que poseerlas a todascon amor o aún sin él, a todassembrar la pujanza en todo huecohasta colmar los estanques.tan loco como el búfalo.
tan duro como el hueso.había que recorrer el mundoabrir ostras y morder limonescruzar el muro de los hielosy pescar peces fluorescentes.tan ávido como el Kalahari.tan vasto como el Himalaya.era cosa de vivir bebiendoy de morir matando,cosa de caer y regresaral borde de la misma arista.tan osado como el ruido.tan ligero como el aire.es así que acaba el vuelo,pájaros de porcelana: ahoravolved al árbol de la esfingea su hosco nido de piedra.tan loco como la muerte.tan feroz como la vida.juan Blanco
PELIGROS DE LA IRRITACIÓN El veneno resultante de la irritabilidad se llama "imperil" - un peligro dominante. Ese veneno, absolutamente concreto, se precipita sobre las paredes de los canales nerviosos y, de ese modo, se esparce por todo el organismo. (...) Solamente el descanso puede ayudar al sistema nervioso a vencer ese peligroso enemigo, que tiende a provocar las más variadas irritaciones y contracciones penosas del organismo. (...) Cuanto más sutil es el sistema nervioso, más penosa resulta la precipitación del imperil. Ese mismo veneno, con un ingrediente, puede contribuir para la descomposición de la materia. Los organismos especialmente sensibles pueden comprobar que durante el período de mayor intensidad de las manchas solares, los rayos de dicho astro, por su cualidad, se vuelven insoportables para ellos. También durante la caída de grandes meteoros se puede sentir un estremecimiento del sistema nervioso. Hasta ahora, las personas han sido incapaces de tomar ...
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