Cada emoción trabaja con un órgano concreto, liberando unas hormonas determinadas que inciden en las respuestas de nuestro organismo. Te invito a realizar un breve paseo por algunas de ellas y saber qué emociones nos hacen engordar y cuáles adelgazan, las que aportan vitalidad, las que nos flexibilizan o vuelven rígidos…
- El MIEDO: Al trabajar con los riñones libera cortisonas, por eso es la emoción que más engorda. Las personas que tienen gran tendencia a engordar o hincharse acumulan mucho miedo en su interior a casi todo. A tomar decisiones, a hacer cosas nuevas, a plantar cara ante un conflicto. Son personas que prefieren responsabilizar a otros de sus problemas, no hacerse cargo. Por muchas dietas que hagan, hasta que no dimensionen adecuadamente esta emoción no recuperarán su peso equilibrado (ver post ATRÉVETE A PONER LÍMITES. El miedo: tu seguridad)
Sus movimientos suelen ser lentos, torpes y pesados, tardan mucho en tomar decisiones.
Recomendación: no callar ni tragar, aprender a reaccionar con rabia en el aquí y ahora. Pasar a la acción
La TRISTEZA: Estimula la tiroides y por eso adelgaza. Las personas que piensan mucho, anticipan todo tipo de problemas buscando solución a algo que probablemente nunca vaya a ocurrir tienen gran propensión a la hiperactividad y por ello suelen ser delgadas e inquietas. Su forma de hablar conlleva discursos muy largos con demasiada información. No saben ir a lo esencial, pues su mente está siempre bullendo de ideas y conocimientos. Son personas muy mentales con movimientos algo robotizados.
Recomendación: Rebajar el exceso de pensamiento y afirmar el orgullo creador.
Llenarse de vitalidad empleando la rabia necesaria.
La RABIA: Trabaja con el hígado. Es la emoción que nos llena de energía y vitalidad. Las personas con mucha rabia son muy vitalistas, con movimientos ágiles y sensuales. Siempre están en acción y movimiento, suelen ser delgadas, de movimientos felinos. Suelen anticipar críticas y sacar las uñas antes de tiempo.
Recomendación: activar la tristeza para reconocer las pérdidas antes de considerarlas como injusticias. Primero pensar y luego actuar.
El ORGULLO: Activa el sistema óseo y dota de un aire un tanto rígido. Espalda muy erguida con un cierto aire de superioridad. El orgullo confiere una complexión física muy elegante y con mucho glamour. La mayoría de las modelos suelen privilegiar esta emoción.
Recomendación: soltar lastre y no cargar con todo como si el mundo se fuera a hundir sin ellos, para eliminar esa compostura tan rígida.
La ALEGRÍA: Trabaja con el páncreas. Libera hormonas del buen humor que hacen sentir bien. Cuando la alegría se acusa en exceso, la persona se convierte en impaciente, ansiosa por ser satisfecha al momento, o en eufórica que no ve las amenazas que habitualmente acaban en batacazos, o prefiere huir de su vida a través de adicciones como comida, alcohol, drogas… Por eso es una emoción que suele engordar. También el estado de felicidad y de paz interior trae como consecuencia ese bienestar y satisfacción que no se caracteriza por la delgadez, sino por estar rebosante también de kilos.
No juzgues por las apariencias físicas. A cambio, aprende a entender que a cada uno nos domina una emoción y que la diversidad es exquisita.
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