EL FLUIR DE LA VIDA
Cada día me convenzo más que no existe nada más urgente que hacer contacto consciente con el Alma porque allí están todas nuestras posibilidades. El Alma guarda las semillas de todo el potencial humano, es como un código genético universal que nos identifica como hijos de Dios, como partículas individualizadas de esa Gran Conciencia.
Hace mucho que descubrí que el camino espiritual se recorre quitando y no añadiendo. Nos hemos enfocado tanto en la vida material que nos vemos reflejados en las cosas que tenemos. El materialismo se ha convertido en un polo de atracción que nos define como poseedores y no como lo que somos, el alma, cuya naturaleza es el amor. No sólo acumulamos cosas, acumulamos conocimientos, personas, sentimientos, pensamientos. Y cada uno de estos elementos va ocultando la realidad de lo que somos. Es cuestión de quitar, de entregar todo el exceso de cosas que tenemos y quedarnos sólo con lo esencial. Esta naturaleza que algunos llaman “Aquello”, el Tao, la Presencia , el Alma está velada por la mente racional y su serie de creencias, ideas y su costumbre de estar siempre en acción; está velada por los deseos y apegos, está velada por los hábitos e instintos. Para hacer contacto con el alma, hay que quitar, develar, remover. Hay que empezar a recorrer las vías del silencio. Sólo en medio del silencio puede la sabiduría encerrada en nuestras almas elevarse, poco a poco, a la superficie de nuestra conciencia. Se trata, entonces, de producir en nosotros un espacio de tanta neutralidad que nos permita salir de la vida personal y entrar en las esferas del alma. Estos espacios neutros son espacios de profunda sensibilidad, son espacios de amor. Cargados de la esencia vital de la creación, existen en nosotros, en lo profundo de nuestro ser. Allí la vida se hace más ella misma. Como una forma de entrar en ellos busca un lugar adecuado, silencioso, en donde te puedas sentir en paz, en la posición que te resulte más cómoda y respira en cuatro tiempos, una respiración abdominal, profunda y suave. Y colocas tu atención en ella, para que la mente se vaya aquietando.
Haces las oraciones o decretos de tu preferencia. Te sugiero oraciones que ya están cargadas de fuerza, como la Gran Invocación , el Padre Nuestro, el Mantram de Unidad. Y cuando sientas que estás alineado y en paz imaginas que te enfocas en tu campo mental. Y dices mentalmente: nada elijo, no juzgo. Y visualizas que tus pensamientos se alejan como aves que vuelan lejos. Entonces, invocas a los ángeles para que impregnen de neutralidad tu espacio mental y emitan su sonido. Y dejas que suceda. Luego te colocas en tu esfera emocional y allí dices mentalmente: Me sostengo sin deseos, sin preferencias ni aversiones. E invocas a los ángeles pidiéndoles que impregnen de neutralidad todo tu campo emocional y emitan su sonido. Luego te enfocas en tu cuerpo de energía, tu vehículo etérico y observas los espacios entre las diferentes líneas de energías de ese cuerpo y te enfocas allí, y vuelves a invocar a los ángeles para que impregnen de neutralidad tu campo etérico y emitan su sonido correspondiente. Entonces observas los espacios inter-atómicos de tu cuerpo físico y recuerdas que el 99,9% del átomo está vacío. Invocas a los ángeles para que impregnen tus espacios con el color de la neutralidad y entonen su sonido correspondiente. Y te dejas fluir, te dejas llevar por este estado neutro de la vida. Y entonces puedes pedir rectificación de todas las energías mal calificadas, de todas las decisiones contrarias al plan de tu alma, las que reconoces y las que no reconoces. Simplemente decretas y dejas que suceda. Y te dejas invadir por esta fuerza de Santa Neutralidad que es al Amor Divino.
Para este trabajo que te propongo, es muy importante el reconocimiento de la alianza humano-dévica existente en todo el Universo. Toda la Creación está impregnada de estas dos naturalezas, la humana y la dévica. Todo en la creación tiene estos dos principios. Los ángeles son los creadores de las formas, los sustanciadores del éter, ellos pueden crear las formas perfectas, ése es su trabajo, y el de nosotros, crear el diseño, dar la dirección. Nosotros ponemos la intención, la voluntad, la dirección, y ellos crean en los éteres, de acuerdo a esa intención. Cuando tu intención refleja el Plan Divino atraes devas muy elevados. Entonces los espacios se llenan de llamaradas de luz que responden al Divino Diseño. De esta manera, con el concurso de los ángeles podemos crear espacios de neutralidad que llenan la existencia de comprensión, de compasión, de amor. Visualiza tus espacios neutros, invoca a los ángeles, y respira con la certeza de que tienes el poder de permanecer en ese estado en el que sabes que eres el alma, lo sientes, lo vives. Cuando eso sucede se produce el fenómeno de irradiación porque permites la libre circulación de la energía del alma en ti. Esta irradiación se expande en ondas concéntricas y con tu sola presencia curas, elevas, redimes. Y entonces, como un milagro de la vida, todo se llena de amor, la más potente de las fuerzas de la naturaleza al alcance del hombre. Esta fuerza se oculta en el misterio de los espacios vacíos, aunque siempre llenos de plenitud, de la Conciencia Eterna.
Practica la neutralidad en tu vida cotidiana. En el estado de neutralidad no juzgamos, no criticamos, ni saltamos a conclusiones en relación a lo que sucede o vemos. No reaccionamos sino que respondemos. Gracias al estado de neutralidad podemos distanciarnos de lo que sucede fuera para convertimos en el observador que puede ver la totalidad y ejecutar la correcta acción. Nuestras relaciones mejoran porque cuando estamos con alguien lo podemos ver realmente y no a través de nuestros recuerdos porque la neutralidad nos coloca en el presente. Deja que el mundo se manifieste sin buscar entenderlo todo. Aprende a dejar que las cosas sucedan. Confía. Observa la vida y la vida te conducirá hacia tu meta. No juzgues, no le coloques etiquetas a las cosas. Confía en la Gran Conciencia , en el Alma Universal, que es la fuente de todas las cosas, el Gran Espacio Neutro Universal.
El Maestro Koot Hoomi dice: “La vida es secuencia, no consecuencia.” No busques el camino de la felicidad, reconoce que la felicidad es el camino, es vivir, es existir. Es encontrarte cara a cara con tu esencia, es penetrar en el amor que es tu naturaleza y ser el amor. Deja de presionarte y agradece cada instante que la vida te regala. Que tu vida sea una dulce secuencia para que fluyas libre, en el libre fluir de la vida. Es mi deseo sincero para ti.
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