observador desapegado Desarrollar una actitud espiritual y elevada requiere comprender y practicar una virtud a menudo incomprendida, pero esencial en nuestro desarrollo interno: el desapego. Una práctica muy beneficiosa es la de posicionarnos como un observador desapegado. La actitud y el estado interno de un observador desapegado nos liberan de absorber las influencias de cada palabra, sentimiento y actitud, evitan que nos impliquemos en exceso en lo que está sucediendo y nos permiten transformar nuestras tendencias reactivas. Observar nos proporciona paciencia y claridad para pensar y actuar con precisión. Observar crea un foco interno que nos permite ver la realidad con mucha más objetividad. Fortalecemos el desapego cuando comprendemos y practicamos la conciencia de ser un depositario. Tenemos una relación con todo lo que nos rodea. Obviamente, la relación que tenemos con las personas y objetos de nuestro entorno inmediato es más íntima que con el resto del mundo. Con frecuencia, ...
!No hay nada más apasionante que hacerse preguntas, cuestionarse la vida y preguntarse todo lo que es importante para cada uno¡