Que caiga la lluvia y lave los resentimientos, los amargos odios guardados y alimentados durante generaciones.
Que la lluvia lave el recuerdo del prejuicio y del abandono.
Que el Sol aparezca y llene el firmamento con el arco iris.
Que el calor del Sol nos sane lo que tengamos mal. Que haga desaparecer la niebla para que podamos vernos con claridad, para que podamos ver más allá de las etiquetas, de los acentos, de los géneros o del color de la piel.
Que el calor y el brillo del Sol funda nuestro egoísmo, para que podamos compartir nuestras alegrías y sentir los pesares de nuestros vecinos.
Que la Tierra, alimentada por la lluvia, nos aporte flores que nos rodeen con belleza, y que las montañas enseñen a nuestros corazones a subir al cielo.
Amén.
Rabino Harold S. Kushner
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