Que Dios no permita que yo pierda el romanticismo, aún sabiendo que las rosas no hablan... Que yo no pierda el optimismo, aún sabiendo que el futuro que nos espera puede no ser tan alegre... Que yo no pierda la voluntad de vivir, aún sabiendo que la vida es, en muchos momentos, dolorosa... Que yo no pierda la voluntad de tener grandes amigos; aún sabiendo que, con las vueltas del mundo, ellos se van de nuestras vidas... Que yo no pierda la voluntad de ayudar a las personas, aún sabiendo que muchas de ellas son incapaces de ver, reconocer y retribuir, esta ayuda... Que yo no pierda el equilibrio, aún sabiendo que muchas fuerzas quieran que yo caiga... Que yo no pierda la voluntad de amar, aún sabiendo que la persona que yo más amo, pueda no sentir el mismo sentimiento por mí. Que yo no pierda la luz y el brillo en la mirada, aún sabiendo que muchas cosas que veré en el mundo, oscurecerán mis ojos... Que yo no pierda la garra, aún sabiendo que la derrota y la pérdida son dos adversarios ...
!No hay nada más apasionante que hacerse preguntas, cuestionarse la vida y preguntarse todo lo que es importante para cada uno¡