Depresión
Cuando falla el mecanismo que transforma la pérdida en recuerdo se instala el fantasma de la depresión. El depresivo se vincula con un fantasma que es alguien que está y no está. Como queda abrazado a lo perdido y pierde los brazos para vincularse con personas reales, vive en el pasado.
Las causas pueden ser de dos tipos: una por pérdida traumática (orfandad, pérdidas importantes que no tuvieron el proceso de duelo, que no pudieron llorarse y compartirse) y la otra es por no haber tenido un hogar donde se le enseñara el deseo, la exploración del mundo, sólo aprendió la desesperanza, son familias grises, escuelas de frustración.
El diálogo es interior y tiene como argumento el reproche o la culpa. El mundo le es ajeno y lejano, su percepción es endo-perceptiva (está dirigida hacia adentro).
Paranoia
En cambio, el vínculo paranoide, es el miedo. Se presenta con alarma, es exo-perceptivo (dirigido hacia afuera). El paranoico está muy atento a lo que va ocurrir. Es un vínculo adelantado en el tiempo. Está controlando qué vas a hacer, pregunta “¿Por qué me estás mirando?”, "¿Por qué te pusiste la mano en el bolsillo? ¿Qué vas a sacar?" Está alarmado. El argumento vincular es atacar o huir.
Hoy tenemos en todo Buenos Aires un clima paranoide por los asaltos y la ansiedad del futuro, tenemos un tono muscular de contracción que desgasta porque consume mucha energía, es como trabajar el doble. Contraigo el brazo porque tengo ganas de dar un golpe, y tengo contraídos los músculos para hacerlo. Al mismo tiempo, para no hacerlo, contraigo los músculos contrarios, esto consume doble energía. A este estado se lo denomina estrés.
Cuando el futuro no puede organizarse en base al deseo se genera la estructura del miedo para que no quede el futuro vacío, para tapar este vacío “lo llenamos de miedo”, si se nos desvanece el deseo, “la zanahoria” (que es un recuerdo placentero) colgaremos del hilo que hace caminar al burro, una araña (que es un recuerdo doloroso), que configurará un futuro temido que organiza una dirección, aunque luego no la podemos recorrer porque nos da miedo. Por lo tanto el paranoide queda paralizado, el diálogo básico es externo, atacar o huir. El mundo es un campo de batalla.
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