Los seres humanos han empleado el sonido desde los albores de la humanidad para recibir información de su entorno y para comunicarse así como también para sanar y transformar.
Casi todas la culturas antiguas y todas las poblaciones autóctonas creían que el sonido era la fuerza creativa generatriz responsable de la creación del universo. En el Nuevo Testamento podemos leer: “En el principio era el Verbo y el Verbo era con Dios y el Verbo era Dios” (Juan 1.1). El término “Verbo” se refiere claramente al sonido que es la fuerza divina o fuerza creativa del universo. El vocablo AUM conocido generalmente como Om en la tradición hindú se consideraba el sonido impulsor de la formación del universo.Nuestros científicos modernos en una típica demostración de suficiencia sugieren la teoría del “Big Bang” que sin duda alguna sería el sonido más grande con el que podríamos tropezar.
Lo cierto es que nuestra ciencia moderna occidental es la que aporta las evidencias más convincentes en lo referente al poder del sonido sobre la configuración y transformación de la materia lo que constituye el fundamento de su capacidad curativa. Sabemos con toda certeza como también lo sabían los antiguos que todo el universo está formado por átomos. Cada átomo está formado por un núcleo (neutrones y protones) y un electrón o electrones que giran a gran velocidad alrededor del núcleo. El número de cada una de estas partículas difiere según la naturaleza de la materia. El movimiento de giro de los electrones origina un compás o cadencia que crea una onda, onda que es posible distinguir mediante nuestra percepción humana como forma o materia. Siempre que coexisten cadencia, onda y formase produce Sonido. Este conjunto recibe el nombre de la “Ley de los tres”. No es difícil relacionarlo con otros conjuntos o tríos como el de la “Santísima Trinidad”así como otros grupos de tres divinidades o aspectos que también se da en otras religiones y culturas.
Si comparamos la distancia de los electrones al núcleo de cualquier átomo descubriremos que resulta proporcional a la de la Tierra al Sol (de aproximadamente 220 millones de Km). En otros términos lo que nuestros sentidos humanos perciben como materia no es otra cosa que un conjunto de campos electromagnéticos resonantes estrechamente vinculados e interpenetrados: en resumen una manifestación densa de SONIDO (con mucho espacio intercalado) . Toda la materia es sonido y emite sonido aunque dichos sonidos se encuentren en su mayoría fuera de nuestro limitado sentido físico de la audición. Nuestros cuerpo físicos por consiguiente son también campos electromagnéticos resonantes como también lo son nuestras auras ambos generados por los átomos que nos configuran.La ciencia de la cimática demuestra de forma visual el modo en que el sonido configura la materia.
La cimática consiste en el estudio del fenómeno de las ondas y fue “descubierto” (como también se afirma que Colón “descubrió” América)en la década de los 30 por el científico alemán Dr. Hans Jenny. Sus experimentos demostraron que si se colocan polvos finos, arena y virutas de acero sobre una lámina de metal y se les aplica una vibración de ondas acústicas dichas partículas se organizaban formando patrones intrincados. Las diferentes sustancias se concentran en los senos o depresiones de las ondas acústicasdestacando de ese modo el lugar donde el sonido es más denso.
Estos sorprendentes patrones también conocidos como figuras Chaly configuran, en el caso de los sonidos armoniosos mandalas geométricos simétricos. En algunos casos no son simétricos sin embargo resulta fascinante su contemplación. Nosotros estamos vibrando constantemente. Cada molécula, célula, tejido, órgano, glándula, hueso y fluido de nuestros cuerpos tiene su propio índice (coeficiente) de vibración. Lo mismo ocurre con cada chakra y cada estrato de campo electromagnético o aura. Estos puntos y campos de energía son de igual importancia para el cuerpo físico aunque menos densos. En cierto sentido reflejan el estado del cuerpo físico aunque lo que es más importante el cuerpo físico refleja el estado del aura. La ciencia de la cimática prueba más allá de toda duda que cualquier sonido cercano al organismo humano originará un cambio físico en el interior del organismo y sus campos electromagnéticos. Este cambio puede que solamente sea temporal pero mientras perdura es posible que provoque ciertos factores muy poderosos y mágicos.
Este es el momento de la sanación. La terapia del sonido se fundamente en este principio de “resonancia en simpatía o solidaria”. El término resonancia se refiere al índice vibratorio de un objeto y la resonancia solidaria o en simpatía se refiere al hecho de que un objeto vibrante provoca una vibración acompasada en otro dicho de otro modo el índice de vibración de un objeto se iguala al índice de vibración de otro objeto. Así es como actúa la cimática y a esto se debe también el hecho de que algunas cantantes de ópera sean capaces de romper objetos de cristal con sus voces o de que el ruido de los vehículos en circulación provoque el traqueteo de sus muebles. Ya hemos demostrado que cada parte del cuerpo y sus campos están vibrando. Es pues lógico que cada parte del cuerpo se trate de un órgano o de un chakra tenga una frecuencia (índice de vibración) óptima sana.
Cuando estamos enfermos se debe a que alguna parte de nosotros no está vibrando en armonía consigo misma con las demás partes o con el entorno. Esta disonancia o enfermedad puede sanarse con sonido y voluntad (intención) devolviendo a las partes enfermas su frecuencia sana.Al dirigir el sonido correcto hacia nosotros mismos o hacia la persona que desea ser curada podremos regresar a una vibración óptima sana.La mayoría de las enfermedades empiezan en uno de los cuerpos sutiles. Nuestros pensamientos emociones y programación negativos adoptan una forma densa a modo de patrones de energía cristalizados en nuestros campos etéricos. Esos patrones cristalizados van penetrando gradualmentehasta queen última instanciase manifiestan como la enfermedad física en el cuerponuestro campo electromagnético más denso.
El sonido es capaz de disolver estas cristalizaciones o energías potencialmente dañinas mucho antes de que lleguen al cuerpo físico. Lo cual no es otra cosa que medicina preventiva en su estado más puro. Los terapeutas del sonidoen cuya categoría incluyo a los chamanessangomascie rtos monjes y todos los que de manera regular emplean el sonido para sentirse mejoro para ayudar a otros a que se sientan mejorcuentan con muchos recursos a su disposición. Los terapeutas del sonido occidentales utilizan una combinación de voz e instrumentos acústicos y sagrados de distintas culturas.
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