Ir al contenido principal

Tu no eres como yo.....


Soy como tú, oh Noche: oscuro y desnudo.
sigo por el camino en llamas que está sobre mis sueños y cada vez que mi pie toca la tierra, brota allí un roble gigantesco.
-No, tú no eres como yo, oh Loco, porque aún miras hacia atrás para medir la huelle que dejaste en la arena.
-Soy como tú, oh Noche: silencioso y profundo. y en el corazón de mi soledad hay una diosa que está dando a luz un hijo, y en él se tocan el cielo y el infierno.
-No, tú no eres como yo, oh Loco, porque aún te estremeces ante el dolor, y la canción del abismo te espanta.
-Soy como tú, oh noche: salvaje y terrible.
porque mis oídos están llenos de los gritos de naciones conquistadas y de suspiros de tierras olvidadas.
-No, tú no eres como yo, oh Loco, porque aún tomas a tu pequeño yo por compañero y no logras ser amigo de tu Yo gigantesco.
-Soy como tú, oh Noche: cruel y temible.
porque mi pecho está iluminado por navíos en llamas y mis labios están húmedos con la sangre de guerreros asesinados.
-No, tú no eres como yo, oh, Loco, porque aún tienes deseos de tu alma gemela, y no te has convertido en la única ley para ti mismo.
-Soy como tú, oh noche: jovial y alegre.
porque aquel que duerme bajo mi sombra está ahora borracho con vino virgen, y aquella que me sigue, peca alegremente.
-No, tú no eres como yo, oh Loco, porque tu alma está envuelta en el velo de los siete dobleces, y no llevas tu corazón sujeto en tu mano.
-Soy como tú, oh Noche: paciente y apasionado.
porque en mi pecho, mil amantes muertos están sepultados en mortajas de besos marchitos.
-¿Eres, Loco, de verdad como yo? ¿Eres como yo? ¿Puedes cabalgar en la tempestad como si fuera un corcel y empuñar como espada al relámpago?
-Como tú, oh Noche, como tú, soy alto y poderoso.
Y mi trono está edificado sobre montones de dioses caídos, y ante mí también pasan los días para besar el borde de mi vestido, pero jamás para mirarme a la cara.
-¿Eres como yo, hijo de mi más oscuro corazón? ¿Y piensas mis pensamientos indómitos y hablas mi cósmico lenguaje?
-Si, somos gemelos, oh Noche, porque tú revelas el espacio y yo revelo mi alma...
Soy como tú, oh Noche: oscuro y desnudo.
sigo por el camino en llamas que está sobre mis sueños y cada vez que mi pie toca la tierra, brota allí un roble gigantesco.
-No, tú no eres como yo, oh Loco, porque aún miras hacia atrás para medir la huelle que dejaste en la arena.
-Soy como tú, oh Noche: silencioso y profundo. y en el corazón de mi soledad hay una diosa que está dando a luz un hijo, y en él se tocan el cielo y el infierno.
-No, tú no eres como yo, oh Loco, porque aún te estremeces ante el dolor, y la canción del abismo te espanta.
-Soy como tú, oh noche: salvaje y terrible.
porque mis oídos están llenos de los gritos de naciones conquistadas y de suspiros de tierras olvidadas.
-No, tú no eres como yo, oh Loco, porque aún tomas a tu pequeño yo por compañero y no logras ser amigo de tu Yo gigantesco.
-Soy como tú, oh Noche: cruel y temible.
porque mi pecho está iluminado por navíos en llamas y mis labios están húmedos con la sangre de guerreros asesinados.
-No, tú no eres como yo, oh, Loco, porque aún tienes deseos de tu alma gemela, y no te has convertido en la única ley para ti mismo.
-Soy como tú, oh noche: jovial y alegre.
porque aquel que duerme bajo mi sombra está ahora borracho con vino virgen, y aquella que me sigue, peca alegremente.
-No, tú no eres como yo, oh Loco, porque tu alma está envuelta en el velo de los siete dobleces, y no llevas tu corazón sujeto en tu mano.
-Soy como tú, oh Noche: paciente y apasionado.
porque en mi pecho, mil amantes muertos están sepultados en mortajas de besos marchitos.
-¿Eres, Loco, de verdad como yo? ¿Eres como yo? ¿Puedes cabalgar en la tempestad como si fuera un corcel y empuñar como espada al relámpago?
-Como tú, oh Noche, como tú, soy alto y poderoso.
Y mi trono está edificado sobre montones de dioses caídos, y ante mí también pasan los días para besar el borde de mi vestido, pero jamás para mirarme a la cara.
-¿Eres como yo, hijo de mi más oscuro corazón? ¿Y piensas mis pensamientos indómitos y hablas mi cósmico lenguaje?
-Si, somos gemelos, oh Noche, porque tú revelas el espacio y yo revelo mi alma...
Soy como tú, oh Noche: oscuro y desnudo.
sigo por el camino en llamas que está sobre mis sueños y cada vez que mi pie toca la tierra, brota allí un roble gigantesco.
-No, tú no eres como yo, oh Loco, porque aún miras hacia atrás para medir la huelle que dejaste en la arena.
-Soy como tú, oh Noche: silencioso y profundo. y en el corazón de mi soledad hay una diosa que está dando a luz un hijo, y en él se tocan el cielo y el infierno.
-No, tú no eres como yo, oh Loco, porque aún te estremeces ante el dolor, y la canción del abismo te espanta.
-Soy como tú, oh noche: salvaje y terrible.
porque mis oídos están llenos de los gritos de naciones conquistadas y de suspiros de tierras olvidadas.
-No, tú no eres como yo, oh Loco, porque aún tomas a tu pequeño yo por compañero y no logras ser amigo de tu Yo gigantesco.
-Soy como tú, oh Noche: cruel y temible.
porque mi pecho está iluminado por navíos en llamas y mis labios están húmedos con la sangre de guerreros asesinados.
-No, tú no eres como yo, oh, Loco, porque aún tienes deseos de tu alma gemela, y no te has convertido en la única ley para ti mismo.
-Soy como tú, oh noche: jovial y alegre.
porque aquel que duerme bajo mi sombra está ahora borracho con vino virgen, y aquella que me sigue, peca alegremente.
-No, tú no eres como yo, oh Loco, porque tu alma está envuelta en el velo de los siete dobleces, y no llevas tu corazón sujeto en tu mano.
-Soy como tú, oh Noche: paciente y apasionado.
porque en mi pecho, mil amantes muertos están sepultados en mortajas de besos marchitos.
-¿Eres, Loco, de verdad como yo? ¿Eres como yo? ¿Puedes cabalgar en la tempestad como si fuera un corcel y empuñar como espada al relámpago?
-Como tú, oh Noche, como tú, soy alto y poderoso.
Y mi trono está edificado sobre montones de dioses caídos, y ante mí también pasan los días para besar el borde de mi vestido, pero jamás para mirarme a la cara.
-¿Eres como yo, hijo de mi más oscuro corazón? ¿Y piensas mis pensamientos indómitos y hablas mi cósmico lenguaje?
-Si, somos gemelos, oh Noche, porque tú revelas el espacio y yo revelo mi alma...
Soy como tú, oh Noche: oscuro y desnudo.
sigo por el camino en llamas que está sobre mis sueños y cada vez que mi pie toca la tierra, brota allí un roble gigantesco.
-No, tú no eres como yo, oh Loco, porque aún miras hacia atrás para medir la huelle que dejaste en la arena.
-Soy como tú, oh Noche: silencioso y profundo. y en el corazón de mi soledad hay una diosa que está dando a luz un hijo, y en él se tocan el cielo y el infierno.
-No, tú no eres como yo, oh Loco, porque aún te estremeces ante el dolor, y la canción del abismo te espanta.
-Soy como tú, oh noche: salvaje y terrible.
porque mis oídos están llenos de los gritos de naciones conquistadas y de suspiros de tierras olvidadas.
-No, tú no eres como yo, oh Loco, porque aún tomas a tu pequeño yo por compañero y no logras ser amigo de tu Yo gigantesco.
-Soy como tú, oh Noche: cruel y temible.
porque mi pecho está iluminado por navíos en llamas y mis labios están húmedos con la sangre de guerreros asesinados.
-No, tú no eres como yo, oh, Loco, porque aún tienes deseos de tu alma gemela, y no te has convertido en la única ley para ti mismo.
-Soy como tú, oh noche: jovial y alegre.
porque aquel que duerme bajo mi sombra está ahora borracho con vino virgen, y aquella que me sigue, peca alegremente.
-No, tú no eres como yo, oh Loco, porque tu alma está envuelta en el velo de los siete dobleces, y no llevas tu corazón sujeto en tu mano.
-Soy como tú, oh Noche: paciente y apasionado.
porque en mi pecho, mil amantes muertos están sepultados en mortajas de besos marchitos.
-¿Eres, Loco, de verdad como yo? ¿Eres como yo? ¿Puedes cabalgar en la tempestad como si fuera un corcel y empuñar como espada al relámpago?
-Como tú, oh Noche, como tú, soy alto y poderoso.
Y mi trono está edificado sobre montones de dioses caídos, y ante mí también pasan los días para besar el borde de mi vestido, pero jamás para mirarme a la cara.
-¿Eres como yo, hijo de mi más oscuro corazón? ¿Y piensas mis pensamientos indómitos y hablas mi cósmico lenguaje?
-Si, somos gemelos, oh Noche, porque tú revelas el espacio y yo revelo mi alma...

Comentarios

Entradas más populares de este blog

JOYAS DEL AGNI YOGA....

PELIGROS DE LA IRRITACIÓN El veneno resultante de la irritabilidad se llama "imperil" - un peligro dominante. Ese veneno, absolutamente concreto, se precipita sobre las paredes de los canales nerviosos y, de ese modo, se esparce por todo el organismo. (...) Solamente el descanso puede ayudar al sistema nervioso a vencer ese peligroso enemigo, que tiende a provocar las más variadas irritaciones y contracciones penosas del organismo. (...) Cuanto más sutil es el sistema nervioso, más penosa resulta la precipitación del imperil. Ese mismo veneno, con un ingrediente, puede contribuir para la descomposición de la materia. Los organismos especialmente sensibles pueden comprobar que durante el período de mayor intensidad de las manchas solares, los rayos de dicho astro, por su cualidad, se vuelven insoportables para ellos. También durante la caída de grandes meteoros se puede sentir un estremecimiento del sistema nervioso. Hasta ahora, las personas han sido incapaces de tomar ...

¡¡¡ por favorrr !!!

Deja que los demás sean ellos mismos " ... No corras desatinadamente intentando sanar a todos tus amigos. Haz tu propio trabajo mental y sánate a ti mismo. Eso será más benéfico que ninguna otra cosa para quienes te rodean. No podemos hacer que los demás cambien. Sólo podemos ofrecerles una atmósfera mental positiva donde tengan la posibilidad de cambiar si lo desean. No es posible hacer el trabajo por otra persona, ni tampoco imponérselo. Cada persona está aquí para aprender sus propias lecciones, y no les servirá de nada que se las demos resueltas, porque tiene que pasar personalmente por el proceso vital necesario para aprenderlas. Lo único que podemos hacer por los demás es amarlos y dejar que sean quienes son, saber que su verdad está dentro de ellos, y que cambiarán cuando quieran hacerlo..." Louise L. Hay