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El Adolescente aislado


Este es un fenómeno común que afecta a un gran número de jóvenes, más de los que se supone, más fáciles de encontrar en la práctica profesional, cuando son llevados por sus mayores, porque en general evitan salir y reunirse con otros adolescentes, permaneciendo refugiados en sus casas y conectados a la realidad por medios electrónicos.

El adolescente aislado es un tema distinto a las perturbaciones propias del desarrollo de esa etapa de de la vida.

Son jóvenes que no se relacionan con sus pares ni tienen el impulso de conectarse con el sexo opuesto de su misma edad, pero viven en un mundo de fantasías y ensueño.

Estas fantasías pueden contener actos de lujuria encubiertos o no, según la influencia que haya tenido su educación en la elaboración de procesos encubiertos.

En otros casos estas fantasías se descargan directamente a través de los sueños.

Estos adolescentes con tendencia al aislamiento, son poco propensos al diálogo y a la comunicación y sustituyen las experiencias interpersonales con ensueños y también con compañeros imaginarios muy reales.

Esta idealización puede ser posteriormente una barrera en las relaciones interpersonales futuras.

En algunos casos, se produce una maduración del dinamismo lujurioso que no corresponde con la búsqueda de intimidad con una persona de distinto sexo, sino que se canaliza toda esa fuerza en un amigo del mismo sexo, por sentirse impulsados a interactuar genitalmente con alguien.

Es común la organización sexual transitoria o persistente, homosexual.

El impulso genital se puede manejar de distintas maneras:
- mediante procesos homosexuales de ensueño, que tratan de preservar la autoestima, acompañados con descargas masturbatorias y con indiferencia hacia el sexo opuesto.
- con el rechazo de la zona genital por el gran temor que le impide una mutua satisfacción genital homosexual.
- con la actividad masturbatoria

Aunque este tema se refiere a un estudio realizado solo en varones, se puede dar de la misma forma en las mujeres.

Si existe el rechazo, imaginado o real, los ensueños homosexuales que se asocian con la ansiedad conducen a la vergüenza por la masturbación.

Otra dificultad que se presenta cuando se atreven a enfrentar al otro sexo es verle siempre algún defecto por un afán de perfección; o bien pueden alcanzar a tener pareja pero vivir atormentado por celos imaginarios que pueden hacer de la vida un infierno.

Otra forma de fracaso del impulso sexual en estos jóvenes que se aíslan, es volverse decididamente homosexuales como modo de vida, pero cargados de ansiedad, de culpa o con rasgos de perversidad.

Finalmente, la necesidad de satisfacer el deseo de intimidad puede llevarlos a establecer un satisfactorio modo de vivir homosexual.

No obstante, cualquiera sea la solución elegida por la persona cerrada en sí misma, pueden existir también ocasionalmente, actos heterosexuales insatisfactorios que les produzcan seguridad; e inclusive pueden llegar a forma relaciones estables, casarse y tener hijos, motivados por esa necesidad.

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