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Mostrando las entradas de julio, 2008

mascaras...

No te dejes engañar por mí, por la máscara que uso. Porto miles de ellas, mascaras que temo quitarme, y ninguna de ellas soy yo. Fingir es un arte y para mí es instintivo, pero no te dejes embaucar. Doy la impresión de que me siento seguro, que todo es luminoso y sin problemas, que las aguas están en calma, que tengo el control de las cosas y que no necesito a nadie. Pero no lo creas, por favor no lo hagas. Mi superficie parece serena pero es una máscara y tras ella no hay seguridad alguna. Tras ella está mi verdadero yo, con su confusión, temor, soledad. Pero esto es algo que oculto. No quiero que nadie lo sepa. Siento pánico sólo al pensar que mis debilidades queden expuestas. Por ello uso un antifaz, para ocultarme, para ayudarme a fingir, para cubrirme de la mirada que me descubra. Temo que ésta no esté guiada por el amor y la aceptación, pienso que me menospreciará, que se reirá, que su risa me matará. Siento temor de que en el fondo no sea nada, que no sirva y que te per

4 acuerdos

LOS 4 ACUERDOS DE LA SABIDURIA TOLTECA 1. No supongas No des nada por supuesto. Si tienes duda, aclárala. Si sospechas, pregunta. Suponer te hace inventar historias increíbles que sólo envenenan tu alma y que no tienen fundamento. 2. Honra tus palabras Lo que sale de tu boca es lo que eres tú. Si no honras tus palabras, no te estás honrando a ti mismo; si no te honras a ti mismo, no te amas. Honrar tus palabras es honrarte a ti mismo, es ser coherente con lo que piensas y con lo que haces. Eres auténtico y te hace respetable ante los demás y ante ti mismo. 3. Haz siempre lo mejor que puedas Si siempre haces lo mejor que puedas, nunca podrás recriminarte nada o arrepentirte de nada. 4. No te tomes NADA personal Ni la peor ofensa. Ni el peor desaire. Ni la más grave herida. Según la tradición Tolteca, poniendo en práctica estos cuatro acuerdos tu vida puede cambiar, siempre y cuando seas impecable con ello. En la medida en que alguien te quiere lastimar, en esa medida ese alguien se last

Origen de los conflictos

Conflictos: más vale prevenir que curar Hoy día, lo más difícil para muchos seres humanos no es la mera supervivencia, sino convivir y relacionarse de una forma armónica. A lo largo de la vida, es normal que surjan conflictos de intereses, porque tenemos objetivos opuestos o, precisamente, porque queremos obtener los mismos objetos limitados: espacio, propiedades, puestos de trabajo, plazas de aparcamiento..., o simplemente que se reconozca nuestra opinión. Las grandes aglomeraciones urbanas y la cultura dominante basada en la competitividad no ayudan a crear un estado personal de calma y confianza, sino que fomentan, por el contrario, una especie de tensión y de beligerancia crónicas. Este estado de crispación latente condiciona nuestros miedos a la relación transparente y suscita gran número de los choques personales que se producen a nuestro alrededor. Proliferan las denuncias, las demandas y los juicios, porque el vecino pone el televisor demasiado alto o porque su perro hizo sus n

mis contradicciones

He estado pensando en mis contradicciones, en el sí y en el no, en lo que quiero ser, y en lo que soy, en lo que amo y también en lo que odio. ¿Cómo es posible que a veces odie lo que amo y ame lo que odio? He estado pensando en mis contradicciones, en el daño que hago a otros y que a veces me hago a mí mismo, por no tener las cosas claras, por no saber establecer mis prioridades. He estado pensando en mis contradicciones, en cómo a veces enfrento mis propios valores, con mi manera de actuar, y he comprendido que sigo siendo humano, quizás demasiado humano, que muchas veces el corazón, tiene razones que la razón no entiende. Y he llegado a la conclusión, que si aún dudo, es porque todavía no me he rendido, y al enfrentar la vida, me enfrento a dilemas. He estado pensando en mis contradicciones, y he dado gracias a Dios, por ayudarme a enfrentar tantas preguntas, y a encontrar tantas respuestas...